Nos despertamos temprano y decidimos ir al pueblo a desayunar. Encontramos abierta una cafetería con muy buenos cruasanes y excelente café. Me gusta de Alleghe que conserva el ambiente de pueblo de montaña, a pesar de estar completamente invadido por el turismo. El bar donde desayunamos está en el centro del pueblo, al lado de la carretera, sin embargo, el dueño sigue siendo el que sirve y tiene un ambiente ochentero muy trasnochao que nos encanta.
Hoy planificamos hacer muchas cosas y no hacemos ninguna… cuanto más planificamos, peor. La improvisación es lo que mejor se nos da, sin duda alguna.
En primer lugar, nos dirigimos a ver el glaciar de la Marmolada, el único que queda en estas montañas y que está en claro retroceso, como el resto de glaciares en Europa. A sus pies descansa el lago Fedaia (oveja en alemán) que se nutre de sus aguas y del que hacen aprovechamiento eléctrico. Paramos en el lago y lo rodeamos en busca del ascenso del glaciar que nos marca Google maps… no sabemos que pasa con esta aplicación, pero este año falla más que una escopeta de feria!!!!! No se puede subir al glaciar si no es andando y para verlo nos informan que tenemos que coger una ruta de varias horas, así que claro, lo desestimamos porque queremos hacer muchas cosas hoy y decidimos irnos al próximo destino.
En Val de Gárdenas íbamos a hacer dos rutas cortitas, pero como se nos ha hecho tarde, decidimos seguir al próximo destino: Vallunga para hacer un trecking de 10km por pistas de esquí de fondo. Cuál será nuestra sorpresa al llegar, que está cerrado el acceso por aforo completo y que no hay forma humana de encontrar sitio en todo el pueblo de Selva di Val di Gárdena para llegar al menos andando…. Nos vamos desesperadas!!!
Se está haciendo tarde y estamos las dos mareadas y con ganas de dejar el coche por un rato, así que nos metemos por una carretera al azar y dónde nos apetece aparcamos la furgo y cogemos un senderillo que encontramos.... Este tipo de actuaciones suele ser las que mejores resultados nos ofrecen...
El senderillo nos lleva a otro un poco más transitado que también lo seguimos en lo que marca como dirección SOCHERZ, que no sabemos qué es. Estamos cansadas de todo el día de coche por curvas infernales, así que al comienzo del camino nos encontramos un banquito con hermosas vistas y decidimos parar a descansar y nos hacemos algunas fotos.
Estábamos tan agusto que no teníamos claro si bajar ya a la furgo a comer o seguir un poco más andando, al final decidimos seguir un ratillo... La sendita transcurre entre abetos (tal y como llevábamos deseando hacer hace días) y tiene una pronunciada pendiente. En un momento determinado, se abre un claro en el bosque y vemos unas redes colgadas que parece que delimitan una pista de esquí.
En esta zona están las pista de Val de Gárdenas. El sendero continúa por medio de la pista hacia el bosque de enfrente, así que a pesar de estar cansadas, decidimos seguir un tramo más. Poco a poco, tramo a tramo, vamos ascendiendo la montaña por lo que parece una pista de esquí de nivel negro, por el marcado desnivel que presenta. Siempre pensamos en volver y siempre acabamos tirando para arriba, así que finalmente alcanzamos lo más alto de la montaña sin haberlo tan siquiera planificado.
Luego leeremos que hemos subido un desnivel de 900 m…. bueno, con razón nos costaba la vida subir por esas laderas! Al final del ascenso vemos que es la salida de una pista de Gran Slalon y luego leeremos que esta pista es famosa y que siempre es elegida en los Juegos olímpicos por su enorme dificultad, desnivel y los saltos que tiene. Las vistas desde arriba son espectaculares.
El ascenso fue duro, pero el descenso tampoco es fácil con un pie lesionado y una rodilla jodida, pero bueno, asumimos nuestra edad y limitaciones y poco a poco vamos descendiendo, ya convencidas entre risas de que tendremos que empezar a acostumbrarnos a consultar blogs de abuelos montañeros y no lanzarnos a la aventura con lo que ponen algunos jovenzuelos...
Bajamos con mucha hambre porque es ya tardísimo y hemos hecho un gran esfuerzo. Así que nos vamos en dirección del próximo destino: Chiesa de San Giacono y en el camino buscaremos una mesa de picnic para comer. Casi a punto de alcanzar el destino, damos con una y nos preparamos una comida deliciosa en unos minutos.
Cuando estamos ya acabando, aparece por ahí, también a comer, Borja, un bilbaíno que está aparcado en un camper al lado nuestro y con el que entablamos una larga y agradable conversación. Acabamos viendo nuestras mutuas furgonetas e intercambiando información interesante. Él se acaba de comprar esa furgoneta grande con baño y está encantado.
Nos despedimos de él para subir a ver la iglesia. El Google maps nos vuelve a jugar una mala pasada y nos dice que podemos llegar a la iglesia, cuando es MENTIRA, solo se puede llegar por senderos (ya nos ha hecho varias de estas y nos mete en cada berenjenal con la furgo que para qué!)
Ya cabreadas dejamos la furgo en el mismo aparcamiento donde habíamos estado con Borja y nos subimos andando. Desde el hotel de la aldea de San Jacabo se tarda 20 minutos en subir por un empinado sendero.
La iglesia merece la pena sobre todo por sus increíbles vistas, está ubicada en un lugar muy privilegiado. Disfrutamos de una agradable tarde por la zona.
En el viaje de descenso nos encontramos con estas preciosas llamitas....
Borja nos ha recomendado que subamos a Ceceda, si o si, que como el ascenso es dificultoso (él es deportista y se lo ha hecho corriendo), que subamos en teleférico… en fin… está claro que no somos las únicas que nos vemos viejas!
Tras mucho deliberar, al final decidimos volver mañana a Vallunga a tratar de hacer los 10km por el valle y por la tarde tal vez subir en teleférico a Ceceda… veremos si esta vez nuestros planes se cumplen…
Para dormir en esta zona que es la más turística de los Dolomitas, no hay alojamientos para ACs y campers, de hecho, pone prohibido aparcar por todos lados! El único sitio que dejan es en uno de los parkings del teleférico pagando 5 euros la noche…. La verdad que esta discriminación nos cabrea bastante, pero no nos queda más remedio que dormir en el dichoso parking si queremos mañana madrugar para ver Vallunga.
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