Hoy amanecemos relajadas y felices tras dormir 9 horas (impensable para algunas!!). Gemma pasea con la perra mientras yo recojo nuestros enseres para partir temprano hacia Colmar.
La ciudad de entrada nos sorprende por su tamaño y por su tráfico… se nota que es la capital de la zona y alrededor de ese centro histórico crece una gran zona residencial. Nos cuesta muchísimo buscar un sitio donde meter la camper, ya que los aparcamientos del centro son para coches y no nos da la altura. Por fin vamos al parking de autocaravanas y la verdad que por un precio ridículo (2 euros) dejamos la furgo 4 horas.
La entrada en Colmar ha sido un tanto estresante y al principio no apreciamos la ciudad en su justa medida, pero poco a poco nos vamos aclimatando y descubriendo su encanto… La llaman la Pequeña Venecia porque está surcada por multitud de canales y, como en todo Alsacia, flores por doquier! El centro de la cuidad es precioso, aunque pierde su encanto con la multitud de turistas que la visitan y lo “demasiado” arreglada que está… digamos que pierde autenticidad.
Para culminar el día de visitas, nos vamos a ver Riquewihr, cerca del cual dormiremos. Mira, este pueblo nos gusta más, ¿por qué? Porque sigue conservando parte de su esencia y muestra en las traseras de las casas la realidad de un pueblo, sin tanta flor, sin tanta pintura y sin tanto barniz… además sus dos murallas a partir de la cuales están construidas parte de sus viviendas, le dan singularidad.
Cenamos lomo de ternera con patatas y cebolla frita regado con un exquisito vino azul que trajimos de casa. Escribimos, nos relajamos y a dormir que mañana nos espera otro excitante día descubriendo la Alsacia!!
Este viaje me está empezando a aburrir un poco… pueblos y pueblos en los que me tienen que llevar atada y casi no puedo ni saludar a otros perros aburridos como yo. Además, algunos son simpáticos, pero otros me pegan buenos bufidos! Lo bueno es que me voy acostumbrando a ir atada y ya no exijo la libertad a la que estoy acostumbrada. Mis dueñas me estresan, porque cuando ya parece que nos vamos a la Rotxeta y voy a poder echarme una buena siesta, unos minutos después ya están parando por que hemos llegado al siguiente pueblo y tenemos otra vez que emprender paseo… pero por qué no me dejarán durmiendo en la furgo con lo agustito que se está?
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