viernes, 9 de julio de 2021

6 de Agosto. PRATO PIAZZA

 

El viaje es siempre pura improvisación…

Esta noche Hiru nos ha dado una noche de perros, nunca mejor dicho… anoche le dimos leche que sobró y creemos que le ha sentado mal debido a su alergia alimentaria y se ha pasado toda la noche gruñendo y ladrando… tremendo para ella, para nosotras y para todos nuestros vecinos!

Total que nos volvemos un poco más perezosas en el despertar y cuando queremos salir del parking son las 7 de la mañana. Justo a esa hora viene el hombre que cobra en la entrada y al vernos salir andando, de muy malas maneras, nos dice que tenemos que pagar por haber pasado allí la noche. Le decimos que pagamos ayer y que nos dijo que estaba la noche incluída en el precio, pero dice que entonces tenemos que salir YA, sin ver el lago… buf…  Decidimos largarnos y en paz. El tipo a la salida nos dice que no hemos pagado y que no nos vamos sin pagar… hasta que encontramos el ticket y se tiene que callar la boca, pero que tío más gilipollas, en fin…

Así que nos vamos sin ver el lago al amanecer (no se puede aparcar en ningún sitio que no sea parkings de pago) y ya con el morro un poco torcido. Sin embargo, el destino es siempre capricho y cuando te priva de algo, te suele compensar con otras cosas, solo hay que estar atento…

Como es temprano, decidimos meternos a investigar por otra de las carreteras que tiene acceso restringido de 9 a 4 de la mañana y que no sabemos por qué. La carretera te vuelve a adentrar en el parque y te acerca poco a poco a los grandes picos dolomíticos. En el trayecto se ven paisajes ganaderos de granjas, pastos y bosques de coníferas. Cuando llegamos al final de la carretera, Portobello, nos recibe una chica alegre y encantadora que se esfuerza en explicarnos en un italiano bastante claro todas las posibilidades que tenemos en esta zona. Tanto entusiasmo expresa explicándonos las maravillas del lugar que nos convence!

Ale, cambio de planes. Nos quedamos aquí, cogemos el bus que te sube al Refugio de Prato Piazza y allí hacemos la ruta que lleva a Monte Spezia.

Según le entendemos, solo se puede subir en coche hasta el parking de Prato Piazza y las camper y AC hay que dejarlas en el parking de abajo. El aparcamiento cuesta 12 euros y se puede dormir (24h) y el bus cuesta 3 euros/pax, incluido perros! El perro puede subir en el bus con bozal y paga sus 3 euros como un pasajero más….pero no tiene derecho a asiento....

Cuando llegamos a Prato Piazza nos vemos un poco perdidas porque salen decenas de senderos y no sabemos cuál elegir. Al final nos aventuramos por el de Monte Spezia sin saber muy bien por qué. Bueno, pues de nuevo acertamos. Es uno de los puntos clave de la zona, como más tarde comprobaremos por la enorme afluencia de gente que sube. 

 










Prato Piazza hace referencia al valle que se abre en esa zona y que a modo de circo está circunvalado por las altas cumbres dolomíticas. El punto donde esa visión es completamete circular es el alto de Monte Spezzia. 




 El camino de ida lleva 1.40h de ascenso asequible. De hecho nos sorprende muchísimo la enorme cantidad de gente digamos “entradita en años” que hace este camino. Encontramos hasta dos ancianos octogenarios subiendo con silla de ruedas una parte del camino!!! Estos Italianos tienen mucha alma!!

El sendero lo disfrutamos de lo lindo por las vistas, por el entorno, por las vacas y por la libertad de llevar a la perra suelta! Al comienzo de la mañana no hay mucha gente, además, cogemos una senda accesoria en lugar del camino principal más transitado. Cuando empiezan a acudir las masas de gente observamos con sorpresa que muchos llevan el perro suelto, así que nosotras con el cuidado debido, hacemos lo mismo. 



 Toda la gran Piazza está demarcada por varios refugios que recogen restaurantes donde reponer fuerza. De ellos parten sendas de diferente grado de dificultad. Mucha gente llega en bicis de montaña ya que hay caminos preparados para ello.

Comemos a los pies de esas imponentes cumbres la tortilla que nos habíamos preparado el día anterior para el trecking del Lago Sorapis. Hace un tiempo de escándalo! Tras descansar un rato, poco a poco vamos bajando al primer refugio a coger el bus de vuelta. 


 
Hemos disfrutando de lo lindo.

La bajada en el bus es bastante agobiante… el conductor se empeña en no cumplir con ninguna de las normas Covid y meternos en el bus como sardinas en lata… Nosotras, que hemos entrado de las primeras, nos hemos sentado en los últimos asientos por la perra. El agobio nos apremia cuando vemos que quedamos encerradas y cada vez entra más gente. Además, estamos encima del motor y la pobre Hiru está agobiadísima con el bozal y el calor que sale del suelo…. Tememos que le de un “ataquito” de los suyos, tras el que nos echarían del bus de una patada… Menos mal que se porta bien y aguanta como una jabata hasta llegar de nuevo a Portobello media hora más tarde.. buf.. que mal rato!!

Recogemos y organizamos la furgo y nos vamos hacia Cortina de Ampezzo para estar cerca mañana de la salida del trecking del Lago Sorapis. En Cortina, después de perdernos unas cuantas veces, paramos a comprar, así que digamos que conocemos el pueblo por insistencia!

Para dormir encontramos un “arbolito” de los de ensueño gracias a Park4night. A cinco minutos andando de la salida del trecking a Lago Sorapis hay una zona de aparcamiento de furgos que casi parece un camping, pero gratis… Una cosa alucinante. Son 6 fajas donde caben dos furgos en cada una, rodeadas de bosque de abetos en el primer escenario y de majestuosas rocas dolomíticas en el segundo. Alucinante! Además, llegamos a una hora prudencial (18.00) y todavía pega un buen sol en las parcelas, del que disfrutamos a tope. Lavamos ropa, preparamos comida y arreglamos la furgo, todo un lujo que hacía días que queríamos hacer.

A dormir que mañana nos espera un bonito trecking (por cierto, de momento el tiempo aguanta!)

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