domingo, 11 de julio de 2021

5 de agosto de 2021. FUNES

 

Hoy amanece soleado y casi morimos del gusto!! Salimos de un fantástico humor dispuestas a disfrutar de esta maravillosa zona del planeta. Pronto nuestro humor empieza a torcerse un poco… Queremos ir a ver la Iglesia de Santa Magdalena, que está en el mismo Funes pero, según el navegador, a 35 minutos andando de donde nos encontramos. Como hay muchísima gente y no nos apetece llevar a HIru atada, decidimos acercarnos en coche y buscar luego un camino menos transitado. Cual es nuestra sorpresa cuando ni el camino que marca el navegador, ni el que nos indica el granjero ni el que marcan las señales de madera indicativas del pueblo, permiten acceder a la iglesia en coche, pero en ningún lado lo dice hasta llegar arriba!!!! No está nada clara la señalización e incluso en Google maps se ve la imagen del parking lleno de coches en la Iglesia… Perdemos más de 35 minutos dando vueltas para intentar llegar arriba con la frustración final de tener de que dejar la furgo abajo y subir andando… en fin.. mal comienzo, pero la iglesia y sus vistas bien merecen la visita, aunque hoy las Dolomitas estaban tímidas y se escondían detrás de las nubes. 





De la Iglesia de Santa Magdalena nos vamos a la Iglesia de San Giovanni, también muy famosa por su increíble ubicación a los pies de los dolomitas. La ermita también merece la pena porque es pequeñita pero muy cuca. La pena es que te cobran para aparcar (aunque nosotras nos libramos) y por entrar a verla POR FUERA… (4 euros). 


La siguiente parada en el camino será el Lago di Braies, una de las zonas más visitadas de los Dolomitas. Tanto es así, que han limitado su acceso para evitar tanta afluencia y solo se puede entrar a partir de las 4, estando el acceso limitado de 9 a 4. Pero claro, de eso nos enteramos a la una, cuando llegamos… Además, en los alrededores es imposible incluso aparcar! Está todo delimitado con cuerdas para que no paremos en ningún sitio… empezamos a estresarnos de nuevo y pensamos incluso en ir a ver otra zona de momento. Pero cuando por fin conseguimos parar el coche (en segunda fila) unos Carabinieri se paran al lado y me acerco a preguntarles. Me dicen que la única zona en la que está delimitado el acceso es el Lago di Braies y que lo hacen por recibe más de 2 millones de visitantes al año y hay que conservar el entorno. Pero nos indica que si vamos a dormir arriba podemos reservar parking por adelantado a través de www.braies.bz y entonces los carabinieri de la entrada nos dejarán pasar con la reserva. Así lo hacemos, comemos y reservamos parking por 9 euros y, efectivamente, nos dejan entrar.

Cuando llegamos arriba resulta que el parking que hemos comprado es uno que está a 5 km del lago, así que volvemos a pagar la entrada a otro de los parking (10 euros más). Sorprendentemente el Parking 2 vale 25 euros y el inmediatamente adjunto, 10… no entendemos por qué…

Bueno y ahora voy a tratar de trasladar a palabras las sensaciones recibidas esta tarde…. Lago di Braies es realmente uno de esos lugares mágicos que encuentras en el camino. Y eso dicho cuando lo hemos “disfrutado” rodeados de cientos de personas, tiene doble mérito!! 




 Es un lago de aguas azul turquesa que se ha formado en los pies de las grandes cortadas de los montes de roca de los dolomitas y que está, a su vez, rodeado en primera línea de montañas más bajas con bosque de coníferas y mucha vegetación. Esto le da un aspecto súper acogedor, ya que aparece de repente cuando te introduces por el acceso principal y es como un diamante color turquesa rodeado de perlas que se vuelven rosas según incide el sol.  





 
Hay un camino que rodea todo el lago y que se recorre en 1.5 horas, aproximadamente. En el paseo hay que ir con mascarilla porque es muy estrecho y es imposible guardar la distancia de seguridad, aunque casi nadie la lleva. Según vas avanzando, vas viendo distintas visiones del lago, cada una de ellas más impresionante. Alquilan barquitas de madera para poder pasear y esto lo embellece más que afearlo. Menos mal que no han permitido el acceso con barcas a motor o patinetes… a cambio dejaron construir un hotel monstruoso en la entrada… en fin… 





 Las montañas de roca de los Dolomitas están formadas de antiguos arrecifes de coral y conchas marinas que hace cientos de miles de años fueron sedimentando y formando estas montañas dentro del mar. Con el paso de los años y con el choque de las placas tectónicas euroasiática y africana, estas barreras de coral ascendieron a la superficie alcanzando una altura de hasta 3000 metros y todavía hoy siguen creciendo. Esto, como sucede en el Himalaya, les da este aspecto de cumbres afiladas como en diente de sierra. Es muy curioso porque este material es fácilmente erosionable y se desprende en arena y pequeñas piedras con facilidad, de modo que las grandes rocas están recubiertas de ríos de pequeñas rocas y arena que caen hasta el lago y forman el sedimento de lo sustenta. Es extraño pensar que aquel ser vivo que fue un coral ha acabado formando estas impresionantes montañas para terminar retornado como sedimento a un fondo acuático, pero esta vez de agua dulce… La naturaleza nunca deja de sorprendernos!!! 



 Además, en los Dolomitas todavía sucede un fenómeno más sorprendente. Debido a su color blanco y a la especial reflectancia que ofrecen estos minerales, en ocasiones la luz del atardecer los hace aparecer de color rosáceo que se torna violeta al caer la tarde… Mágico lugar, ya lo decía yo!

Ahora son las nueve de la noche y nos vamos ya pronto a dormir, hemos dejado el desayuno y comidas preparadas para mañana porque pensamos madrugar mucho (6.00) para ver el lago al amanecer en solitario y luego irnos a hacer el trecking que sube al Lago Sorapis.

Gute Nacht!!

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