viernes, 16 de julio de 2021

31 de julio 2021. MONTE HORNEGRID Y SASBACHWALDEN

 

Hoy hemos amanecido temprano para no pillar el jaleo de gente que subirá al turístico monte de Hornegrid a lo largo del día. Desayunamos y recogemos rapidito y a las 8.30 ya estamos en ruta. El camino de ascenso es precioso y al ser tan temprano no hay nadie y podemos llevar a la perra suelta. 





Arriba hay un gran restaurante en lo más alto de monte, donde se puede disfrutar de unas vistas alucinantes, incluído el lago Mummelsee desde las alturas. La pena es que el día está un poco brumoso. 



El camino de ascenso son 1.6km que se hace en menos de una hora, así que decimos seguir explorando alguno de los numerosos senderos que surcan el monte. El lugar lo merece.


 Poco a poco vamos encontrando más y más gente y al final, cuando ya estamos bajando (11.00) el camino de ascenso es ya una procesión… así que hemos hecho MUY bien madrugando.

Después de tan agradable caminata nos vamos a ver el pueblo de Sasbachwalden, que está solo a 9 km y hemos leído que bien merece una visita. Llegamos a medio día, cansadas y con mucho calor, así que no se ve con los mismos ojos que si vas a primera hora fresquito, pero el pueblo no nos dice gran cosa. Eso sí, nos pegamos nuestra primera comilona alemana y acertamos en lo que pedimos! Y digo acertamos, porque como todo en esta tierra, la carta está únicamente en alemán…. Echamos mano del traductor con mucha paciencia y vamos desentrañando palabra a palabra, al final viene el camarero, que es muy majillo y nos recomienda algunos platos.

Yo pido Schnitzel, que es un escalope de lomo de ternera a la milanesa con mermelada de arándanos, patatas fritas y ensalada. Muy muy rico. Gemma se pide un plato vegetariano con menos acierto, porque es una pizza de verduras, que está rica, pero nada excepcional. Lo regamos con cerveza y vino blanco de la zona muy bueno (Grislim o algo por el estilo).

Con el estómago a tope y un calor de justicia nos vamos a ver el pueblo, claro, así es difícil apreciar nada en su justa medida… 




 Ya muy cansadas nos vamos a la furgo para emprender ruta. Hemos decidido mover ya hacia el sur para visitar las poblaciones de: Haslach im Kinzigtal, Hornberg, Gutach y Schiltach. Al primero entramos porque nos pilla de camino, aunque hemos leído que no merece mucho la pena. Es un pueblo bonito, pero no tiene nada especial. Gutash al final lo pasamos de largo (de momento) porque nuestro objetivo es ver el museo etnográfico que tiene y cierran a las 18.00h, así que ya no llegamos. Así que vamos a parar a Schiltach, que hemos leído que es una aldea preciosa.

Hoy toca camping, así que nos alojamos en el que está pegado al pueblo para mañana poder visitarlo tranquilamente a primera hora. Camping bonito a la orilla del río y debajo de los puentes, pero no tiene para aguas grises y negras, no hablan inglés y las infraestructuras dejan un poco que desear, por no decir que hay que pagar 60cent por 3 minutos de agua en la ducha... en fin...

Cenamos melón (por cierto, comprado aquí y buenísimo) con jamón (de casita, of course) para no perder los buenos sabores y a dormir.

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