jueves, 15 de julio de 2021

1 de agosto de 2021. SCHILTAG, GUTACH Y CASCADAS DE TRIBER

 

Por la noche llueve sin parar y todavía amanece chispeando, así que montamos la sombrilla para desayunar a gusto. El camping de Schiltach es bonito, con parcelas pegadas al río, verdes y bien cuidadas. La pena es que los servicios no son maravillosos… solo tienen dos WC para todo el camping, las duchas no son maravillosas y se pagan a parte (60cent por 4 minutos) y no hay para descargar aguas grises… El personal es amable, pero habla inglés con dificultad. A pesar de todo, estamos a gusto y pasamos buena noche durmiendo arrullados por el sonido del río.

La mañana la dedicamos a conocer el pueblo de Schiltach, una pequeña aldea de no más de 4000 habitantes que, como tantos otros, presume de ser uno de los pueblos más bonitos de Selva negra, pero la verdad que esta vez parece que acierta…  El paseo nos resulta súper agradable, es un pueblo tranquilo, aparentemente nada turístico! Aunque debe serlo, no lo parece, no hay cafeterías y tiendas por todos lados y conserva un ambiente rural marcado. Las casas se ve que son viviendas, pero parecen competir por su belleza y cuidados… están todas perfectamente cuidadas y pintadas y abundan las flores por ventanas y balcones. El pueblo es precioso. Está rodeado por dos ríos, el Kinzig, que es el principal que recorre toda la zona y su afluente el Schiltach. 









La carretera divide el pueblo en la parte alta, que se incendió toda en el siglo XVI y tuvo que ser reconstruida, y la parte baja, que es la de los curtidores y conserva las casas más antiguas, pero muy bien conservadas. En esa zona hay un pequeño museo que muestra como se trabajaba la madera en los aserraderos y cómo la transportaban río abajo hasta el Rin. Es una zona eminentemente maderera y esta ha sido su principal fuente de riqueza. La madera la transportaban creando largas balsas que unían entre sí y dirigían los balseros atravesando los rápidos del río hasta el Rin. La verdad es que impresiona ver los vídeos de cómo lo hacían. Dirigiendo esos largos gusanos de madera a toda velocidad río abajo. Ahora lo hacen en plan conmemorativo una vez al año. En el museo hay una muestra de los principales aperos y fuera, encima de las vías del tren tienen una de esas grandes balsas. 


 Yo he dormido también de maravilla y me levanto cargada de energía!!! Hoy mis dueñas se empeñan en visitar el pueblo donde no puedo ir suelta y correr calle arriba calle abajo como me gustaría!! Brrrr. Trato de demostrarles lo excitada que estoy con ladridos, juegos y tirones, pero ellas no parecen darse por aludidas….  En un momento determinado se paran a hablar con una señora muy simpática que tiene un perro que me cae bien y ella parece indicarles una senda por la que pasear conmigo suelta. Bieeeen!! Nos vamos monte arriba por una estrecha senda rodeada de naturaleza, qué gozada!! Es un camino muy chulo donde puedo correr a mis anchas! Además, no hay nadie!! Arriba encontramos un mirador desde el que se ve todo el pueblo y unas hamacas para descansar, pero como mis dueñas esta vez están fuertes, seguimos marcha y nos bajamos otra vez al pueblo. Menos mal que me he podido desfogar a gusto porque necesitaba un poco de deporte matutino!!

Tras comer en la orilla del río un rico kebab nos vamos en dirección Gutach para ver su famoso museo al aire libre de casas típicas de la Selva Negra. Y tan famoso!! El parking es enorme y está a tope!! Para acceder a museo se pasa por un “pasillo turístico” lleno de restaurantes y tiendas de souvenirs. Está lloviznando y dejamos a Hiru en el coche. El museo, a pesar de la enorme carga turística, bien merece una visita. Hay un montón de casas de labranza que van desde el año 1500 hasta casi la actualidad. Son unas casas espectaculares, todas construidas de madera y tejado de paja. Son enooormes, pero no desmerecen a las casas-granja que encontramos por la zona que son de misma envergadura! Entendemos que son como los caseríos vascos, que eran compartidos por varias familias o por un núcleo familiar grande. 

 



Eran por supuesto familias católicas, y abundan los motivos religiosos.




Las casas por dentro las tienen amuebladas con todo lujo de detalles.



 

El museo está muy preparado para niños con multitud de actividades enfocadas a su entretenimiento. Hay bandas de música, actividades de forja, textiles o de artesanía. Hay personajes vestidos con traje de época y una banda de música que ameniza el paseo.

Este tipo de museos etnográficos nos encantan, así que disfrutamos la visita que nos cuesta 7 euros por cabeza y 3 del parking. Además, de salida nos animamos a parar en  una de las cafeterías a degustar la famosa tarta Selva negra, que está hecha con cerezas y licor de cereza y nos resulta realmente deliciosa!!


De Gutach nos vamos camino ... Friburg??  Eso pensábamos, hasta que Gemma, mirando el mapa, se da cuenta de que estamos al lado de Triber, otro de nuestros destinos… La verdad que no hemos organizado nada este viaje y eso se nota!! ;-) Así que sobre la marcha cambiamos el sentido de nuestra ruta y nos vamos a ver las cascadas de Triber, uno de los lugares más turísticos de Selva Negra. 




 Pensábamos que las cascadas estarían un poco alejadas del pueblo, pero no, están en el mismo pueblo, más bien el pueblo ha crecido al albor de las cascadas… y son todo restaurantes y tiendas de souvenirs vendiendo relojes de cuco que son originarios de esta zona. Ahora, si piensas en comprar uno, los precios son astronómicos!!

Leemos que para entrar a las cascadas hay que pagar 8 euros, pero que si llega a partir de las 5 el acceso es gratuito… en el blog en el que nos informamos olvidaron comentar un pequeño detalle, el acceso será gratuito según por qué puerta accedas… Nosotras accedimos desde el pueblo y hasta las 8 de la noche que salimos, estaba la chica en la taquilla cobrando a todo el que quería entrar, que seguían siendo bastantes….  Pero subimos por la senda que asciende el monte (una de ellas) y que desemboca en otro de los parking superiores. Si entras por ahí, el acceso SÍ será gratuito. Se ve la garita, pero no hay nadie.

Las cascadas están a cinco minutos de la puerta principal del pueblo, pero si quieres hacer un pequeño treking hay una senda asfaltada que asciende por la espesa selva paralela al río y aunque la subida es pronunciada, merece mucho la pena.

Las cascadas son bonitas, pero nada especialmente espectacular, la verdad. Dicen que son las más altas de Alemania, pero parece que tampoco es cierto….  Pero el bosque que rodea a las cascadas sí que es una pasada, bueno, este y todos los que te encuentras a lo largo y ancho de la selva negra… Son todo bosques de altas coníferas de tronco erecto que busca la luz solar y alcanza 30-40 metros, dejando la parte baja sin ramas, las cuales cubren únicamente las copas. De modo que permite cierta entrada de luz, que puebla la parte baja de matorral, musgos y otros pequeños abetos. Son realmente un auténtico espectáculo. Nos encantan estos bosques.

Tras el cansado paseo vespertino nos vamos a la búsqueda del lugar idóneo para dormir. Nos hemos dado cuenta de que en Alemania está permitida la pernocta libre, pero no hay muchos sitos donde hacerla… al menos en esta zona. La mayor parte de los caminos están señalizados con señales de privado o prohibido circular e, incluso en el Park4night encontramos muy pocos “arbolitos” que merezcan un poco la pena…. O vas a áreas de caravanas asfaltadas y feas o vas a concurridos campings… nada que sea de nuestro especial agrado, ya que lo que más nos gusta de viajar en campervan es poder disfrutar en tranquilidad de la naturaleza y en esas condiciones, es imposible!!

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